Cómo "invertir" en felicidad, según un estudio de Harvard
El dinero no puede comprar la felicidad (al menos más allá de las necesidades diarias), pero sí puede ayudar. Acá hay 7 formas en las que podés invertir directamente en tu felicidad.

"He sido rico y he sido pobre, y prefiero ser rico", me dijo mi amigo Jim Stovall. Es una de las muchas cosas que aprendí de Jim. Fuimos coautores de un libro hace muchos años: el primero mío, el suyo... ¡quién sabe cuántos! Pero, al igual que millones de lectores, me sentí atraído por la obra de Jim a raíz de su éxito de ventas, The Ultimate Gift (El don supremo), que encontró la manera de articular los matices tanto de las bendiciones como de las trampas de la riqueza a través de una poderosa narrativa.

Pero, por favor, no se equivoque: el de Jim no es un mensaje que promueva la búsqueda del dinero por el dinero. Acá hay algunas otras joyas que completan su mensaje:

  • "Ser rico no consiste en tener mucho dinero; consiste en tener mucho por lo que vivir".
  • "La verdadera riqueza no se mide en dólares y céntimos, sino en las relaciones que tenemos y las experiencias que hemos compartido".
  • "No se trata de cuánto tenés, sino de cuánto disfrutás de lo que tenés".

De esta forma, el dinero no puede comprar la felicidad -al menos más allá de las necesidades diarias-, pero seguro que puede ayudar. Uno de los mayores expertos del mundo en la intersección entre dinero, vida y felicidad es Arthur Brooks, un músico clásico que cambió su carrera y se convirtió en científico social, y que ahora imparte el curso más popular de la Harvard Business School sobre la felicidad.

 

Hace poco tuve la oportunidad de verle dar una conferencia, que terminó con un resumen de las conclusiones del estudio más definitivo y prolongado sobre la felicidad: el Estudio Harvard sobre el Desarrollo Adulto. Brooks resumió este amplio estudio con siete recomendaciones, a las que añadiré mis observaciones sobre cómo podemos invertir directa (e indirectamente) en nuestra propia felicidad:

1. Dejar de fumar

No tuve el valor de preguntarle si el cigarro ocasional cuenta, pero independientemente de ello, creo que las implicaciones sanitarias del consumo de cigarrillos ya no se cuestionan. Pero las implicaciones económicas también son bastante significativas.

2. Limitar el consumo problemático de alcohol

Y matizó que si se cuestiona si beber es un problema, probablemente lo sea. Añadió que "todos los intoxicantes conducen a una menor felicidad y a desafíos relacionales", a pesar de los estudios más limitados a los que nos aferramos y que sugieren que beber con moderación puede ser beneficioso para la salud. Y si tiene curiosidad por saber cuál es el impacto económico de beber -o no beber-, pruebe a dejar de beber durante un trimestre del año -o incluso un mes- y compruebe cuánto gasta cuando no paga la cuenta. Disminuir o eliminar el alcohol también ayudará significativamente con las dos siguientes recomendaciones.

 

3. Mantener un peso corporal saludable

La tensión arterial, las enfermedades cardiacas, la diabetes de tipo 2, el colesterol alto, los alimentos inflamatorios y cancerígenos... esto puede salvarle no sólo el dinero, sino la vida. Me he adentrado en la madriguera del conejo de la investigación sobre los alimentos integrales, en su mayoría vegetales y ricos en nutrientes, y todo lo que puedo decirle es que no debería leer Cómo no morir y Comer para vivir a menos que esté dispuesto a verse y sentirse mejor y a recibir muchas miradas de asombro de sus amigos y familiares cuando no le apetezca una hamburguesa con queso y beicon.

Y además de verse y sentirse bien, también ahorrará dinero, porque aunque es probable que compre más en tiendas de comestibles de lujo, la mayoría de las proteínas animales cuestan mucho más que las proteínas vegetales. Sin embargo, nos recuerda Brooks, si nos obsesionamos con el mantenimiento de un peso corporal saludable, podemos convertir rápidamente este potenciador de la felicidad en un destructor, tanto personal como relacional.

4. Hacer ejercicio a diario

Brooks nos recuerda que el ejercicio diario no tiene por qué ser caro ni llevar mucho tiempo -un paseo a paso ligero cuenta, eliminando la refutación reflexiva sobre el hábito de los siete días a la semana-. Sin embargo, añadiré que creo que la mayoría de la gente gasta menos en su hábito de hacer ejercicio, y nunca conocí a nadie que se queje del dinero gastado en un entrenador personal. No es barato, pero merece la pena, y además te ayudará a mantenerte inspirado para cumplir las tres primeras recomendaciones.

5. Adoptar un estilo de afrontamiento

Todos nos enfrentamos a problemas en la vida, así que necesitamos una forma de afrontarlos porque evitarlos no es una opción. Brooks recomienda "metacognición, no rumiación", y sugiere que el simple acto de escribir un diario nos ayuda a lidiar con las emociones negativas, llevándolas del área límbica de nuestro cerebro a la corteza prefrontal.

Después de la conferencia, me atreví a preguntarle si esto es más o menos sinónimo del trabajo pionero de Kahneman y Tvorsky, los precursores de la economía conductual, en relación con el Sistema 1 y el Sistema 2, algo sobre lo que he escrito bastante. Dijo, definitivamente, que sí. Y si no te consideras un diario y prefieres una práctica que te parezca más práctica y productiva, ten en cuenta 5 razones por las que la gestión del tiempo no digital es más productiva.

6. Practicar la formación continua

Mark Twain bromeó célebremente: "El hombre que no lee no tiene ventaja sobre el hombre que no sabe leer", y de hecho, la recomendación de Brooks en este frente sólo implicaba tres palabras: "Lee, lee, lee". Pero, ¿quizá usted no se considera un lector? Yo no lo hice hasta después de la universidad, cuando sentí que por fin podía leer lo que quería; ahora, no puedo imaginarme la vida sin esa práctica. 

7. Fomentar el amor

Las seis primeras observaciones de Brooks están al servicio de la séptima. Calificó los tipos específicos de relaciones amorosas que más contribuyen a nuestra felicidad como "una pareja romántica estable y duradera o amigos muy íntimos". Acá no está diciendo que el número de amistades o relaciones contribuya a nuestra felicidad, sino la profundidad e intimidad de esas conexiones. ¿Hay mejor manera de gastar el dinero que facilitando las relaciones más significativas para nosotros? Hacerlo puede resultar caro, pero las relaciones rotas pueden costarnos todo.

 

Brooks concluyó que "Felicidad = Amor". Especificó: "Amor a la deidad [para proporcionarnos una visión del mundo y un mecanismo de afrontamiento preparado], amor a la familia, amor a los amigos y expresar nuestro amor a los demás a través de un trabajo significativo". Y me inclino a sugerir que es amándonos a nosotros mismos -cuidando nuestro bienestar mental, físico y espiritual- lo que nos prepara de forma óptima para expresar mejor nuestro amor a los demás.

Marcus Mumford, vocalista de la banda Mumford & Sons, dijo a través de una canción: "Donde invertís tu amor, invertís tu vida". ¿Y qué mejor lugar para invertir nuestro dinero?

 

*Con información de Forbes US