Club Silent: la innovadora solución de sonido que el cineasta Federico Lemos trajo a Uruguay
La empresa de origen argentino brinda un servicio de auriculares inalámbricos de alta definición que pueden ser usados en fiestas, charlas y conferencias.

El director y fundador de la productora Medio&Medio Films, Federico Lemos, siempre tuvo un contacto habitual con las pantallas al aire libre. 

Lo clásico: mucha gente, un espacio grande y algunos de sus productos audiovisuales reproduciéndose frente al público. Muchas veces notaba que las personas se veían incómodas por una moto que pasaba, un perro que ladraba o un niño que lloraba desconsoladamente.

La pregunta surgió casi como un reflejo: “¿Cómo puedo solucionar esto?”.

Tras una breve investigación, conoció Club Silent, una empresa de origen argentino que se encarga de brindar un servicio de auriculares inalámbricos de alta definición sonora.

Estos aparatos, además, tienen la posibilidad de reproducir hasta tres canales diferentes que se diferencian por colores. A modo de ejemplo, en uno puede estar sonando reggaeton, en otro folklore y en el tercero una charla motivacional; el punto en común es que su portador puede elegir cuál escuchar.

Así nació una oportunidad de negocio. Lemos contactó por mail al fundador de la empresa, Miguel De Martini, quien en ese momento tenía expectativas de expandirse en la región.

 

Casualmente, el acercamiento del cineasta uruguayo fue la oportunidad perfecta para afinar detalles y que Club Silent aterrizara en Uruguay en 2019. La inversión inicial en ese entonces fue de US$ 30.000 y unos 500 auriculares, a los que luego se sumaron 200 más. Ahora tienen cerca de 1.000.

Lemos recuerda que al comienzo fue difícil posicionar el servicio. “Las críticas van sobre todo por el lado de cómo la gente va a interactuar si cada uno está con auriculares, pero la realidad es que te sacás el aparato y podés charlar sin molestar al resto o estar a los gritos”, explicó.

Poco tiempo después, lo peor estaba por venir para este emprendimiento del director del documental “Greg Mortimer, en busca de una tierra solidaria”.

Club Silent comenzó a operar en Uruguay exactamente cuatro meses antes de que se conocieran los primeros casos de coronavirus. Los años de pandemia fueron un “parate” total para la compañía, tanto en Uruguay como en Argentina, porque estaban supeditados a las medidas gubernamentales que restringían las aglomeraciones. Una vez que la emergencia sanitaria se levantó, Lemos sintió que comenzaba un nuevo porvenir. Lo definió como “un volver a empezar”.

RENACIMIENTO

La cartera actual de clientes en Uruguay ronda las 30 empresas, que rentan el sistema y los auriculares (algunos optan por personalizarlos). El servicio alcanza mayormente a eventos sociales, como charlas de oradores, conferencias de prensa con traducción o —lo más clásico— fiestas.

Más allá de los coletazos de la emergencia sanitaria en el negocio, Lemos afirmó que ya están transitando el punto de equilibrio y el flujo de actividad les permitió asentarse en el mercado. “Tenemos la base, muy firme, y sobre ella crecemos”, indicó.

El mercado uruguayo tiene sus particularidades. El cineasta y empresario local entiende que el público uruguayo es “mucho más cauto” que el argentino a la hora de probar un servicio innovador. La actividad local representa menos del 50% de la operación en Argentina, aunque allí la empresa cuenta con nueve años de trayectoria.

De todos modos, el emprendedor valoró como positivos los números de Uruguay. Ya logró consolidar en 50 la cantidad de eventos que asiste por año. “Todo nos indica que el crecimiento grande lo vamos a tener en 2023”, aventuró.

UNA LUZ EMPRENDEDORA

De Martini conoció el producto de forma similar a la de Lemos. Junto a unos amigos, el argentino había viajado a Hungría y allí asistió a algunas fiestas que tenían esta modalidad.

“'¿Qué es esto?', decíamos, pero cuando lo probamos nos dimos cuenta de lo bueno que estaba”, contó De Martini. De esta forma, se le prendió la luz emprendedora y se preguntó por qué no traerlo para América Latina.

Tenía dos opciones: o intentaba ser el encargado de la empresa húngara en Argentina o decidía fundar otra por su cuenta. Esta última fue la opción que tomó, luego de evaluar algunos costos de traslado e importación de los auriculares.

Al comienzo, pretendía ofrecer solo el servicio de fiestas, pero con el paso del tiempo logró imponerse en otros ámbitos, como conferencias, eventos y conciertos multitudinarios.

El servicio no solo es una herramienta para el público, sino también para la contraparte. Por ejemplo, un DJ puede saber cuánta gente que está con los auriculares lo está escuchando, lo mismo sucede con las bandas y con los oradores.

“En base a esto pueden hasta tomar decisiones de qué música pasar”, indicó De Martini. En el caso de los oradores y expositores, les permite optimizar el tiempo y también que el público se concentre en lo que están hablando, sin ningún otro tipo de estímulo auditivo que no sea el de los auriculares.

NUEVAS EXPERIENCIAS

 

Cuando De Martini fundó la empresa, en 2011, el producto estaba enfocado sobre todo en eventos bailables. “Sin embargo, con el correr del tiempo nos fuimos enfocando en ser una solución de sonido. Eso somos hoy, una solución de sonido sonido. No es solo la fiesta, es mucho más”, destacó.

Los festivales musicales son unos de los focos donde Club Silent está poniendo energías para expandirse en 2023, ya que en estos espacios conviven diferentes géneros de música e incluso actividades diversas.

El fundador de la compañía rememoró que se ha brindado el servicio en locaciones que tienen tres escenarios diferentes: “En uno están pasando rock, en el otro heavy metal y en el tercero están dando una clase de meditación. Todos pegados”.

Más allá de las fiestas, Club Silent busca entrar de lleno en el mundo de los eventos y presentaciones. Hace algunos meses, de la mano del Ministerio de Turismo, llegaron a Chile para presentar los diferentes atractivos de Uruguay para los visitantes extranjeros.

Lemos indicó que lo “normal” hubiera sido mostrar imágenes, pero decidieron hacer un ejercicio que consistió en que los presentes se taparan los ojos y se pusieran los auriculares para escuchar la oferta de turismo típica de Uruguay.

“Fue un éxito y muy bienvenida. Ahí te das cuenta de que no solo podemos concentrarnos en las fiestas, sino que nos podemos diversificar”, agregó el empresario. “Con el paso del tiempo, el público va a notar el potencial del producto”, auguró.