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Innovacion

Así es TAO, "el telescopio más alto del mundo" que pretende descubrir el origen del universo

Jamie Carter

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Averiguar cómo se forman los planetas, cómo evolucionan las galaxias y cómo comenzó el universo está en la lista de "cosas por hacer" del telescopio TAO, a 5640 metros de altura en el Cerro Chajnantor de Chile.

3 Mayo de 2024 17.15

Japón acaba de encender el telescopio más alto del mundo. Esta semana se enciende la "primera luz" del Observatorio de Atacama de la Universidad de Tokio (TAO), construido en la cima de una montaña desértica del norte de Chile, a unos increíbles 5.640 metros.

El TAO es un telescopio pionero, financiado en parte por el gobierno japonés. Encaramado en la cima del Cerro Chajnantor, en el desierto de Atacama, al norte de Chile -uno de los lugares más secos y altos de la Tierra-, es un telescopio de 6,5 metros de apertura diseñado para ver en el infrarrojo.

TAO será el único telescopio terrestre del mundo capaz de ver con claridad las longitudes de onda del infrarrojo medio, algo que actualmente sólo pueden ofrecer los telescopios espaciales.

La ubicación lo es todo

La ubicación de TAO es fundamental. La luz procede del universo lejano en diferentes longitudes de onda: radio, infrarrojos, óptica (visible), rayos X y rayos gamma. Las longitudes de onda más largas de la luz infrarroja son fundamentales para la astronomía, pero son absorbidas por el agua de la atmósfera terrestre e imposibles de observar desde el nivel del suelo. TAO puede detectar la luz infrarroja y visible situándose por encima de la mayor parte de la atmósfera.

"Contiene óptica, sensores, electrónica y mecanismos de última generación, pero la altitud excepcionalmente elevada de 5.640 metros es lo que confiere a TAO tal claridad de visión", explica Yuzuru Yoshii, profesor emérito e investigador principal de TAO desde 1998. A esa altura, hay poca humedad en la atmósfera que afecte a su visión infrarroja".

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A 5.640 metros, la cima del Cerro Chajnantor, donde se encuentra TAO, permite que el telescopio esté por encima de la mayor parte de la humedad que, de otro modo, limitaría su sensibilidad infrarroja.

Enormes desafíos

TAO también está alejado de cualquier contaminación lumínica perceptible, algo cada vez más raro incluso para un telescopio profesional. TAO se encuentra a sólo cinco kilómetros de los radiotelescopios ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array).

Producto de 26 años de planificación, conseguir que TAO alcance la “primera luz” supuso un enorme desafío. "La construcción en la cima del Cerro Chajnantor fue un reto increíble, no sólo desde el punto de vista técnico, sino también político", afirmó Yoshii. "Me puse en contacto con los pueblos indígenas para asegurarme de que se tengan en cuenta sus derechos y opiniones, con el gobierno chileno para conseguir el permiso, con las universidades locales para la colaboración técnica e incluso con el Ministerio de Sanidad chileno para asegurarme de que se puede trabajar con seguridad a esa altitud".

A tal altura, el riesgo de mal de altura es elevado no sólo para los obreros de la construcción, sino también para los ingenieros y astrónomos que trabajarán allí.

Explicar lo inexplicable

Se espera que las capacidades de TAO en el infrarrojo medio -junto con su disponibilidad, a diferencia del tiempo en telescopios espaciales sobrecargados como Hubble y Webb- permitan a los astrónomos estudiar de cerca desde los entornos que rodean a las estrellas -incluidas las regiones de formación de planetas- hasta el polvo cósmico. "Naturalmente, los nuevos telescopios e instrumentos contribuyen al avance de la astronomía", afirmó Masahiro Konishi, profesor adjunto que trabaja en el TAO. "Espero que la próxima generación de astrónomos utilice el TAO para hacer descubrimientos inesperados que desafíen nuestra comprensión actual y expliquen lo inexplicable".

*Con información de Forbes US

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