Al momento de elegir un auto para destacar, Sergio Chertkoff no pudo, porque los dos Alfa Romeo que posee —un GTV 2.0 de 1983, con un motor cuatro cilindros en línea y un GT Junior de 1969 de 102 caballos de fuerza— se reparten por igual el cariño de este fanático de los clásicos.
El GTV era un deseo que tuvo desde que supo que un conocido lo había comprado. Intentó durante siete años cerrar el negocio, pero el propietario siempre le daba la negativa. Un día de 2017 se enteró que estaba a la venta y no faltó decir nada: lo fue a buscar y luego hizo los papeles.
No negociamos. Yo tenía el sí desde hacía años, agregó Chertkoff.
La GT fue un poco más difícil, porque junto a un amigo la trajeron desde Italia. Era un propietario muy mayor, por lo que el entendimiento fue difícil, recordó Chertkoff. Al final el proceso de importación llegó a buen puerto y hoy en día es un proyecto compartido.
El uso que le da a ambos vehículos es variado, porque los saca para encuentros de clásicos, para salir a pasear e incluso los usa con cierta frecuencia: Es un placer un día lindo cualquiera sacarlos e irte a la oficina en uno de ellos, es reconfortante.
*Este artículo se publicó originalmente en Forbes UY del mes de Diciembre de 2023