Para reunirse con el "sacerdote de los hongos" de San Francisco, uno debe pasar primero delante de dos guardias armados que llevan chalecos antibalas y luego por un detector de metales. "La otra semana hubo un apuñalamiento justo delante de esta puerta", dice el pastor Dave Hodges, fundador y líder de la Iglesia de Ambrosía.
A sus 42 años, la describe como una organización religiosa no confesional fundada en la creencia de que el cannabis y los hongos de psilocibina son sacramentos que pueden utilizarse como herramientas espirituales.
La iglesia fue fundada hace cinco años en Oakland y estrenó recientemente un segundo local en el barrio SoMa de San Francisco. "Ves a gente fumando crack y drogándose, con sobredosis", dice Hodges, explicando cómo su ciudad está plagada de delincuencia y otras plagas callejeras. “Ahí se ve por qué no somos nosotros el problema”, afirma.
El sacerdote, que viste camisa de cuadros, pantalones chinos negros y zapatillas New Balance, parece más un informático que un líder religioso. Afirma haber conocido a Dios durante su propio viaje inspirado por los hongos mágicos en 2019. "La ceremonia terminó con tres seres dorados, brillantes y resplandecientes, que se identificaron a sí mismos como los más antiguos dioses de los hongos. Se sentaron conmigo, afirmaron que me necesitaban y me indicaron qué se supone que debía hacer", dice Hodges con un acento californiano con el cual es difícil saber si está loco, iluminado o un poco de ambas cosas.
"Los dioses dijeron que tenía que asegurarme de que la gente tuviera acceso a estos sacramentos y difundir el conocimiento".
"Los dioses dijeron que tenía que asegurarme de que la gente tuviera acceso a estos sacramentos y difundir el conocimiento".
Al igual que otros líderes religiosos, Hodges fue perseguido por el gobierno: la policía hizo una redada en el local de la iglesia en Oakland en 2020 y se incautó cannabis, hongos y dinero en efectivo por valor de 200.000 dólares. Pero eso no lo detuvo. A diferencia de la mayoría de los fundadores de otras iglesias, sus miembros pueden obtener cannabis, hongos alucinógenas y otro psicodélico llamado DMT (el ingrediente activo de la ayahuasca) a cambio de una contribución monetaria. En otras palabras, su iglesia posee suficientes drogas ilegales como para meter a Hodges en la cárcel durante muchos años.
Su ministerio también está sentado sobre una pequeña fortuna. La Iglesia de la Ambrosía es la mayor megaiglesia conocida de Estados Unidos: con 105.000 miembros, tiene más fieles que la Iglesia de la Vida de Oklahoma, que cuenta con 85.000 miembros, y más del doble que la Iglesia Lakewood de Texas, dirigida por el televangelista Joel Osteen.
Los nuevos miembros pagan 10 dólares para unirse a la Iglesia de la Ambrosía, mientras que los miembros existentes aportan 5 dólares a sus arcas para entrar si su membresía de un mes expiró.
Entre las cuotas de los miembros y las contribuciones regulares para medicamentos, la iglesia de Hodges recauda más de 5 millones de dólares al año, según estima Forbes. El líder se negó a hablar de finanzas, aparte de decir que el dinero vuelve a la iglesia y que ésta paga 3 millones de dólares al año en honorarios legales, alquiler y seguridad.
Mientras caminaba por los pasillos pintados con murales psicodélicos de Zide Door, su local en Oakland, Hodges dijo que nunca tuvo la intención de dirigir una iglesia de este tamaño. "Nos hicimos demasiado grandes demasiado rápido", dice con una expresión de dolor en el rostro. "Es una locura".
La iglesia no tiene estatus de exención de impuestos del IRS (Servicio de Impuestos Internos de EE.UU.), ni es una organización sin ánimo de lucro registrada. Sin embargo, las enseñanzas del pastor Hodges, que dice que le fueron reveladas a través de "ancestros" con los que se encuentra en el "otro lado" mientras se droga, siguen los principios básicos del autocrecimiento y la autodeterminación.
Según Hodges, los hongos pueden "conectarle con su alma" para que pueda averiguar "lo que se supone que debe hacer" en la vida. Si la Iglesia de la Ambrosía le parece una broma, no está tan alejando de la realidad. Hodges admite que empezó así. En 2010, como cada verano, acudió al Burning Man, el festival artístico de una semana de duración que se celebra en el desierto de Nevada y que con frecuencia se alimenta de psilocibina, LSD, MDMA (o éxtasis) y música electrónica.
Hodges se puso un viejo disfraz de Halloween que bautizó como la "Iglesia de marihuana" y se paseó con una camisa blanca sosteniendo un libro negro entre los brazos. "Era una broma, pero la gente se lo tomaba muy en serio", dice mientras arma con ternura un porro en una casa alquilada en Oakland Hills que la iglesia utiliza para ceremonias con altas dosis de psilocibina. "Al final de esa semana, la gente había establecido los 13 mandamientos de la religión, siendo el más importante: fumarás más cannabis'".
Entonces, en 2019, Hodges -que había dirigido dos grupos de marihuana medicinal a principios de la década de 2000 en San José antes de que la ciudad los cerrara por incumplir las leyes de zonificación y por impago de impuestos- decidió hacer oficial la iglesia y abrió Zide Door en Oakland. Al principio, celebraba sermones dominicales semanales a las 4:20 PM, la hora mágica para los consumidores. Repartía porros y los miembros escuchaban al pastor hablar sobre la hierba y la espiritualidad.
Una vez que la iglesia empezó a ofrecer hongos ese mismo año, Hodges empezó a leer la obra del botánico y místico Terence McKenna, que ideó la Teoría del Mono Drogado, que postula que hace unos 100.000 años, los primeros humanos comieron accidentalmente hongos de psilocibina y los psicodélicos funcionaron como un "catalizador evolutivo" del que nacieron el lenguaje y la religión.
Hodges mezcló esa teoría para crear lo que él llama la Doctrina de la Evolución Religiosa, predicando que los hongos mágicos proporcionaron a los protohumanos un "conocimiento instantáneo" hace 2,5 millones de años. "Obtienes conocimientos del otro lado para ayudarte a existir en este mundo", sostiene.
Ese mismo año, realizó su primer viaje con una dosis elevada de hongos y comenzó su conversión en un pastor temeroso del "Dios de los hongos". Durante un momento espiritual, en el que tomó una dosis masiva de 20 gramos, Hodges dice que fue trasladado a través del cielo, el infierno y el cosmos fuera del continuo espacio-tiempo y conoció al propio Dios.
"Acabé en un lugar de luz pura; yo no existía, no existía nada, no había más que esta única conciencia, y eso es lo que yo llamo la conciencia que existía antes que todo lo demás", afirma Hodges mientras fuma un porro del grosor de un dedo. "Eso también es Dios".
Algunos miembros de la iglesia dicen que no se toman en serio la parte religiosa de Hodges. "Somos seguidores", dice el fundador de una de las mayores empresas de cannabis de California, que pidió permanecer en el anonimato. “Creo que es un camino similar al que tomó el cannabis con los colectivos médicos: es una forma de dar acceso a algo que no debería haberse hecho ilegal en primer lugar”, sostuvo.
Pero otros miembros parecen ser verdaderos creyentes. Dylan, un hombre de 35 años del Área de la Bahía que sufrió pensamientos suicidas, dice que el pastor Dave le salvó la vida después de unirse a la iglesia en 2022 y participar en una ceremonia de altas dosis en Oakland Hills. "Me sentí como si estuviera en manos de Dios", dice Dylan. "Sé que la gente escucha eso y piensa que lo saqué de un cartel de 'vive, ríe, ama', pero Él me dijo que tengo un propósito en la vida, que mi sufrimiento importa y tiene un propósito en sí mismo".
Dejando a un lado la curación, el mayor problema para Hodges, por supuesto, es que su sacramento es ilegal a nivel federal. Los miembros pueden obtener setas de psilocibina en ambas sedes, ya que la iglesia ofrece alrededor de una docena de cepas diferentes con nombres como Loving Teacher, Sun Temple, Baby Blues y Ghost Penis Envy, dando contribuciones monetarias (un 1/8 de onza de setas cuesta entre 20 y 40 dólares mientras que una onza sube hasta 260 dólares) u ofreciendo su tiempo como voluntario.
Hodges no considera estas transacciones como ventas porque una parte central del acuerdo que firman los congregantes incluye un párrafo sobre cómo los miembros son dueños de todo "lo que es la iglesia", lo que incluye el sacramento. Según el líder, esto significa técnicamente que no hay transferencia de propiedad.
Sin embargo, tanto Zide Door como el local del SoMa parecen menos iglesias y más head shops de los años 90: los miembros entran y se reúnen con el personal para examinar un menú que ofrece flores de cannabis, comestibles, hongos secos, bombones de psilocibina y vaporizadores de DMT fabricados por empresas clandestinas con nombres como Happy y Odyssey.
Ambos lugares de culto no tienen bancos, pero hay múltiples cajeros automáticos alrededor de los edificios para que los miembros puedan hacer una ofrenda para sus sacramentos. Hodges tampoco celebra servicios regulares, excepto una vez al año, el Domingo de Pascua. Este año, por ejemplo, la iglesia celebrará su cuarta conferencia anual Espiritualidad y más allá, en la que participarán algunas de las mentes más brillantes del mundo psicodélico, como la profesora de la UCSF Robin Carhart-Harris.
Aunque San Francisco aprobó una ordenanza en 2022 para mantener el uso para adultos de plantas enteógenas -como la psilocibina- en un nivel bajo de prioridad para las fuerzas del orden, no es jurídicamente vinculante y el psicodélico sigue siendo ilegal en California.
Hodges dice que le gustaría recibir una exención religiosa de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos, como lograron con éxito unas cuantas iglesias en EE.UU., incluida la União do Vegetal, basada en la ayahuasca. Pero también es consciente de que intentar obtener esa exención es prácticamente imposible.
En cualquier caso, Hodges dice que está dispuesto a ir a la cárcel defendiendo su fe. "Ésta es la más verdadera de todas las religiones", dice el pastor sobre su iglesia de hongos mágicos. "Es el acceso al alma de uno".
El pionero de la investigación psicodélica Rick Doblin, que fundó la Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos en 1986, dice que siente un gran respeto por Hodges, quien cree que está "empujando valientemente los límites de nuestro sistema legal" y ve la Iglesia de la Ambrosía como una forma de reforma de la política de drogas y una manera de “proteger la libertad religiosa de la gente”.
De vuelta en la Inglesia, Hodges mira por la ventana y observa la ciudad de Oakland. Cuando se le pregunta qué dice a los críticos que creen que su iglesia es una farsa y que en realidad lidera la venta ilegal de drogas, Hodges pone la otra mejilla.
"Tienen que hacer el trabajo de entender, si profundizan lo suficiente, entenderán por qué lo hago", dice. "No quiero ir a la prisión federal, ese no es mi objetivo. No se trata de dinero. Se trata de dar de verdad a la gente acceso a su alma. Eso es lo que sé, con cada parte de mí, que necesito hacer".
