Un ecosistema emprendedor local que ha impulsado la creación de cientos de empresas, incluyendo unicornios como dLocal y Nowports que entusiasman a jóvenes con visión sistémica y los animan a pensar en grande. Una creciente inmigración de empresarios de la región, principalmente desde Argentina, y el interés por instalar sus empresas en Uruguay ponen al país en la mira del mundo.
Es que, con una estabilidad histórica envidiable, Uruguay destaca en una región de creciente inestabilidad e incertidumbre. Su sólida democracia y su tradicional respeto a los contratos le han dado un prestigio bien ganado de ser un país con un marco claro de referencia para los emprendimientos, un centro atractivo para inversores.
Desde hace ya un tiempo empresas multinacionales con estándares de alto nivel confían en Uruguay invirtiendo de manera sostenida o desarrollando negocios con empresas locales integrándolas como socios clave en sus cadenas de valor. En este sentido podemos encontrar ejemplos en diferentes rubros que abarcan, entre otros, servicios globales (Sabre, BASF, Tenaris), procesos productivos e industriales (Montes del Plata, UPM, Nordex), software y plataformas tecnológicas (Globant, Mercado Libre) y más recientemente el auge de la industria audiovisual (producciones para HBO, Disney, Amazon y Netflix).
Con un manejo ejemplar de la pandemia y un fuerte empuje hacia la apertura al mundo, Uruguay continúa fortaleciendo su visibilidad y su imagen de confiabilidad, algo vital para un país que siendo un mercado muy pequeño inserto en un mundo global, debería estar diseñado para afuera.
Con confianza en la capacidad del talento local para competir en el enorme mundo de posibilidades que da la arena global, Uruguay puede convertirse en un centro de referencia en muy variadas disciplinas que van desde el tradicional sector de los agronegocios, pasando por la logística y las energías renovables, hasta las plataformas tecnológicas y la industria audiovisual.
En varios de estos rubros Uruguay ya es una marca reconocida Pero aún hay muchísimo más por lograr. La iniciativa de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información denominada TestUruguay, invita a empresarios del exterior —de todos los rubros— a probar nuestro país, sabiendo que la prueba será exitosa.
La oportunidad es inmensa. Los desafíos también.
Por un lado, hay temas estructurales que el país debe mejorar más temprano que tarde (educación, seguridad social, costo del Estado, legislación laboral, monopolios, entre otros) que requerirán un liderazgo político maduro de todos los partidos. Estas reformas deben ir en la dirección de dar al país mayor competitividad y acelerar su desarrollo.
Por otra parte, hay un tema crucial que no depende de grandes reformas. Un aspecto en el que en Uruguay hay un espacio importante para la mejora y que es fundamental para hacer al país más atractivo para quienes vienen a invertir, a vivir o a visitarnos (y, por supuesto, para quienes ya vivimos aquí). Un asunto que es responsabilidad de todos los líderes de todas las organizaciones, públicas y privadas. De todos los emprendimientos, desde las microempresas hasta las grandes compañías. Me refiero a la experiencia que las organizaciones brindan a sus clientes.
Mejorar la experiencia de nuestros clientes comienza por generar en todas las personas de la organización la disposición, diría incluso la obsesión, de hacer de cada interacción con un cliente, la mejor.
Desde la limpieza del baño de un bar, hasta la sonrisa de la persona que atiende. Desde hacer que la experiencia digital de acceso a productos y servicios sea armoniosa y simple, hasta diseñar el packing adecuado para esos productos, pensando en todo momento en facilitarle la vida al usuario. Desde pensar los procesos que garanticen un servicio sistemático y confiable, hasta definir cómo haremos para recuperarnos rápidamente y resolver una situación incómoda para el cliente si esos procesos tienen una falla.
Volver a ser la Suiza de América implica, entre otras cosas, tener servicios (públicos y privados) que compitan en calidad con lo mejor de Europa, de Estados Unidos o de Japón.
Tenemos que lograr que todas las personas que prueben Uruguay se vuelvan fans de la calidad de los productos y servicios que se consumen aquí.
En síntesis, Uruguay sigue siendo esa isla de estabilidad que buscan quienes quieren desarrollar emprendimientos a largo plazo. Para alcanzar el siguiente nivel, tenemos que encarar las reformas necesarias a nivel país y asegurar que la experiencia de nuestros clientes sea de clase mundial.
La oportunidad es inmensa. Los desafíos… están para ser superados. La buena noticia, es que depende exclusivamente de nosotros.