¿Sigue siendo la hibridez en las empresas un factor decisivo en el desarrollo de marca empleadora?
Sandra Olive Managing Partner en Bäcker & Partners
Sandra Olive Managing Partner en Bäcker & Partners
Muchas organizaciones se devanan los sesos pensando cómo mejorar su cultura para poder atraer y fidelizar talento. Contratan consultores, despliegan iniciativas de cambio cultural donde se invierte tiempo y recursos, pero luego fracasan. Cuando escucho las diferentes historias del fracaso, el núcleo es el mismo. Las organizaciones aprobaron proyectos faraónicos. Pero, pareciera que es solamente para mostrar que están haciendo algo frente a los colaboradores. ¿Cuál es el gran error? Simplemente no han escuchado a sus equipos para poder entender cuáles son sus expectativas y necesidades.
Debajo de los títulos de “salud mental”, “balance de vida personal” y otros, existen miles de iniciativas que se pueden implementar. El gran diferencial es que no todas las empresas son iguales ni tampoco sus culturas ni sus necesidades. No vale aplicar el manual de cultura y suponer que porque se está haciendo una gran inversión económica todo va a cambiar. De hecho, muchas veces las iniciativas que más se valoran son aquellas que no llevan asociadas desembolsos económicos.
Al momento de hacer procesos de búsquedas ejecutivas las tres preguntas claves de los candidatos son muy similares, sin importar la industria:
De las tres preguntas clave, la que más peso tiene hoy en día es la de esquema de hibridez. La hibridez se ha instalado post Covid como un derecho adquirido. Lamentablemente, ha sido menos exitoso de lo esperado en muchas organizaciones. Por eso, hoy se escucha que algunas ya están retomando un esquema de cuatro por uno. Eso quiere decir que la expectativa es que los colaboradores asistan de manera presencial cuatro veces por semana y se tomen un día como home office. ¿Cuál es el motivo? No hay uno solo, hay varios:
Si miramos el ranking de las empresas más atractivas para atraer y fidelizar talento en Argentina, notamos que el esquema de hibridez holgado está presente en muchos, pero no en todas. Parecería que no es un factor determinante hoy en día. ¿Estaremos frente a un nuevo cambio de paradigma?
Mientras algunas empresas experimentan con esquemas presenciales más regulares, otras continúan valorando la flexibilidad. Lo que permanece constante es la necesidad de un compromiso auténtico con la cultura de la empresa y con las personas que la integran. En última instancia, el éxito de cualquier esquema de hibridez depende de su capacidad para integrar las aspiraciones de los colaboradores con los objetivos organizacionales, promoviendo un ambiente donde todos sientan que pertenecen y pueden prosperar.
Así, la hibridez no es solo un factor decisivo en la marca empleadora, es un reflejo de la adaptabilidad y empatía de una organización en un mundo en constante cambio. Aquellas organizaciones que logren equilibrar flexibilidad y presencialidad, escuchando y respondiendo a las necesidades de sus equipos, no sólo atraerán talento, sino que lo mantendrán comprometido y motivado a largo plazo.
Sandra Olive
Managing Partner de Backer & Partners, especializada en la búsqueda de ejecutivos para la Alta Gerencia y Consultoría de Cultura y Liderazgo