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22 Noviembre de 2024 15.00

En inversiones existe una máxima que dice "timing is everything": quienes aciertan el momento exacto para comprar un activo financiero y el momento preciso para venderlo son los que maximizan sus inversiones y obtienen los mejores retornos. 

Esa sería la habilidad necesaria para siempre ganarle al mercado y ser el mejor asesor financiero posible. Sin embargo, esto no es más que un mito. Luego de toda una vida dedicada a los mercados no conozco a nadie que tenga el tan anhelado don del "perfect timing". 

Quien espere encontrar en esta lectura un consejo para hacerse rico, lamento decepcionarlo, porque no será este el caso. Aunque contamos con una cartera de más de 4.000 clientes, los tipos de objetivos suelen ser similares. 

La mayoría coinciden en uno general: "proteger el capital que tanto nos costó acumular". La riqueza se construye trabajando, las inversiones son para protegerla. Pero hay un objetivo particular que, a medida que la persona incrementa su edad, adquiere cada vez mayor relevancia: el legado. 

Básicamente, la preocupación general es: ¿qué les dejo a mis herederos? 

En un extremo, hay clientes que han logrado acumular una riqueza tal que podrían garantizar sin problemas la estabilidad financiera de la siguiente generación. Mientras que muchos otros quizás dejen un capital mínimo a sus herederos. Pero ambos deberían preocuparse por igual en dejar en su legado las bases para que los herederos tengan control de su futuro financiero. 

En la actualidad hay una serie de factores que hacen más urgente que nunca la necesidad de abordar seriamente el tema de la educación financiera, especialmente en las nuevas generaciones. Por eso, el título de esta columna es "perfect timing", porque ahora es el momento de hablarlo. 

Por un lado, tenemos la espectacular expansión de la tecnología, que dio lugar al surgimiento de nuevas modalidades de inversión que se volvieron muy populares gracias a exitosas campañas de promoción.

Criptomonedas, trading de monedas, CFDs apalancados, day trading y otras, todas son plataformas de muy fácil acceso y con gran practicidad operativa, que sugieren la existencia de atajos para lograr rentabilidades extraordinarias en períodos cortos de tiempo, pero que no cumplen con los principios básicos y tradicionales de la inversión responsable. 

En estos casos, es importante tener en cuenta su falta de regulación, tanto local como global. Se trata de promesas fáciles, que muchas veces culminan en reiterados casos de quiebras, caídas y procesamiento de sus popes. 

Ni hablar de la explosión de las plataformas de apuestas, que seducen con un mundo de diversión y éxito, pero que todos sabemos hacia dónde conducen realmente. Otra gran señal de alerta que surgió en los últimos años es la presión que están soportando los sistemas de pensión a nivel mundial. 

Este tema domina la discusión política actual y estamos lejos de alcanzar un consenso para una solución. Basta con ver el debate público que estamos presenciando en nuestro país hoy. 

Ciertamente, es un tema global. Es la primera vez en la historia de la humanidad en la que la población mayor de 65 años supera a la de niños menores de 5 años, y la tendencia es hacia una mayor esperanza de vida, lo que hará que el desafío sea aún mayor. 

Es fácil deducir, entonces, que Los Estados no darán la solución total para financiar la etapa de retiro y nuestros herederos enfrentarán la responsabilidad de su propia solución. 

Claramente, buena parte de la solución pasa por la educación financiera, donde se fomente la cultura del ahorro desde edades tempranas con la disciplina y rigurosidad técnica que ayude a minimizar los riesgos. 

En resumen, la primera gran apuesta de un inversor exitoso es la educación y las complejidades que nos desafían hoy nos obligan a comenzar cuanto antes. 

Al fin y al cabo, "timing is everything".

 

*Este artículo fue publicado originalmente en Forbes UY del mes de Octubre de 2024

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