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Columnistas
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22 Octubre de 2022 10.33

“Software is eating the world” es una frase muy famosa en Silicon Valley. Fue acuñada por Marc Andreessen, cofundador de a16z, uno de los fondos de Venture Capital (VC) más famosos y exitosos del mundo, que también recientemente concretó sus primeras inversiones en startups uruguayas. 

No solo esto: el prestigioso fondo de capital de riesgo además ha decidido dedicar un área de su staff a invertir exclusivamente en empresas latinoamericanas. Este es un hecho histórico para una industria de VC de Silicon Valley.

Con su frase, Marc nos invita a pensar que la tecnología y las compañías de software innovadoras colaboran en transformar de manera transversal un sinnúmero de industrias, para incrementar efectividad y productividad, y reducir costos.

Lo que puede parecer una revolución distante y de otras latitudes tiene detrás un desempeño excepcional de innovadoras tecnológicas uruguayas, que ya impactan en la vida de millones de personas a nivel global.

A modo de ejemplo: hay pymes de África que aprovechan los sistemas de fintech de dLocal para recibir y emitir pagos en 35 países; millones de clientes de cooperativas de crédito en mercados emergentes (Latam, África, Asia) utilizan Bankingly para gestionar su vida financiera; y millones de niños y adolescentes estadounidenses y chinos disfrutan de los videojuegos de IronHide en sus dispositivos móviles.

Esto no termina aquí: hay retailers de EE.UU. de facturación superior a los US$ 1.000 millones que utilizan las tecnologías de Inteligencia Artificial de Tryolabs para predecir el precio óptimo de venta de sus artículos y mejorar la eficiencia de sus negocios en decenas de millones de dólares.

También hay decenas de miles de creadores en todo el mundo que utilizan la plataforma de Vexels para generar arte y distribuir merchandising. John Mayer y Keith Richards han ostentado públicamente una guitarra uruguaya diseñada para niños, que vende decenas de miles de ejemplares en Europa y EE.UU. todos los años bajo la marca Loog Guitars y que también tiene una app digital para el aprendizaje temprano.

Hay compañías líderes de Japón que utilizan el producto de Genexus para crear software de manera más eficiente para sus ciclos de negocios, y miles de bancos en todo el mundo se apoyan en el software de Infocorp y Bantotal para gestionar sus operaciones. Y estos son solo algunos ejemplos. La industria uruguaya de software está cambiando al mundo, está dando que hablar y se está haciendo cada vez más notoria a nivel global.

En el último año y medio, pese a las grandes dificultades presentadas por la pandemia y los conflictos bélicos, se ha registrado un fenómeno que no tenía comparación en la industria uruguaya de software desde la serie de adquisiciones de tecnológicas nacionales en 2012.

En 2021-2022 fueron adquiridas por compañías internacionales al menos siete empresas de origen uruguayo. Registramos además un nuevo unicornio, ya que la empresa Nowports, cofundada por un uruguayo, superó la valuación de US$ 1.000 millones.

También presenciamos el hito de dLocal, que hizo su IPO en la Bolsa de valores estadounidense y alcanzó valuaciones superiores a los US$ 10.000 millones en su debut. Dentro de las adquisiciones de tecnológicas locales recientes, podemos contar: Genexus (comprada por Globant), Infocorp (por la canadiense Constellation Software), Overactive (por Perficient, EE.UU.), MonkeyLearn (spinoff de Tryolabs adquirido por Medallia, EE.UU.), Cualit (adquirida por la canadiense Sandbox), Sagal (por la brasileña AnyMarket) y K2B (por Constellation Software).

Todos esos hitos y resultados nos invitan a reflexionar: como uruguayos tenemos una misión y un qué decir importante en la industria que está cambiando al mundo. 

Esto es importante a varios niveles, no solo porque presenta grandes oportunidades de generación de valor en la economía, nuevos puestos de trabajo de mano de obra altamente calificada, incrementos de exportaciones y del Producto Interno Bruto (PIB), sino también porque la industria de la tecnología es la que presenta el mayor factor de movilidad social de la última década en los países en desarrollo. 

Permite que las personas eleven su nivel socioeconómico y puedan alcanzar una calidad de vida muy satisfactoria. Brindar este tipo de “puentes sociales” es clave.

Este puede ser solo el comienzo. La industria tecnológica uruguaya tiene mucho más para aportar. Para ello, es muy importante que hagamos públicos y conocidos los triunfos y que sigamos apostando a la innovación como país. 

También es fundamental que motivemos a nuestros chicos y chicas a formarse en esta profesión del futuro y su lengua nativa, el inglés. Es tiempo de seguir creciendo, de consolidar y promover nuestra industria a paso firme, ya que no sabemos cuán alto podemos llegar. Como decía Steve Jobs: “Solo se pueden unir los puntos mirando hacia atrás”.

*Por Ing. Martín Alcalá Rubí, cofundador de Tryolabs, MonkeyLearn y BrainLogic AI. Inversor ángel tecnológico
 

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