En 2008, Tesla estaba a punto de fundirse. Si bien ya tenía prototipos de autos eléctricos con buen funcionamiento y diseño atractivo, tenía que dar el salto y empezar a producirlos masivamente. Pero en 2008 se produjo una gran crisis económica que cortó casi todas las vías de financiamiento. El CEO de Tesla, Elon Musk, tuvo que apelar a los amigos que había hecho en emprendimientos previos para salvar a la compañía: Bill Lee, Sergey Brin y Antonio Gracias, entre otros, aportaron varios millones de dólares y permitieron que Tesla sobreviviera a la crisis. 

Elon Musk hizo uso de sus redes sociales; no las virtuales, sino las reales: los familiares, amigos y conocidos que nos brindan información, contención y de los cuales dependen muchas de las oportunidades que se nos presentan. En el fondo, Musk estaba capitalizando su networking previo, es decir, el trabajo que había hecho -planificado o no- para conocer y generar confianza con inversores importantes del mundo emprendedor. 

Por la importancia que tienen estas relaciones, muchos expertos en management hoy hablan del networking estratégico. Con este concepto se refieren a la actividad de los líderes y los altos ejecutivos para  construir relaciones que a la larga ayudan a cumplir los principales objetivos de las organizaciones y las personas. Esta red se trabaja cotidianamente, pero se activa en momentos que a veces uno no prevé. Como le ocurrió a Musk, puede ser que en un momento determinado saber a quién llamar salve a la compañía, ya sea porque esa persona maneja algún recurso importante (financiero, político, de know how u otros) o porque nos puede presentar a quien lo maneja. 

Herminia Ibarra y Mark Lee Hunter han investigado a empresarios exitosos y llegaron a una serie de recomendaciones para el networking estratégico. En primer lugar, dicen que es crucial que los altos ejecutivos comprendan la importancia de construir redes que realmente sean estratégicas y no sólo operativas o personales. Estas redes deben ir más allá de las relaciones funcionales y enfocarse en conectar con personas que puedan influir en la dirección estratégica de la organización. Como líder, es vital crear alianzas con individuos que pueden ofrecer apoyo y recursos para alcanzar los objetivos a largo plazo. Por ejemplo, un ejecutivo debe preocuparse por entender y anticiparse a los cambios en el entorno de negocio, y para ello, necesita rodearse de personas con diferentes perspectivas y habilidades.

Segundo, hay que superar la resistencia a desarrollar redes de contacto. Muchos ejecutivos ven el networking como una actividad manipulativa o como un costo absurdo, lo que puede limitar su desarrollo. Pero el networking no es un lujo, sino una necesidad estratégica. El intercambio con colegas, tanto dentro como fuera de la organización, es clave para mantener una visión amplia y estratégica. Al superar esta resistencia, un líder puede utilizar su red no solo para resolver problemas operativos, sino también para identificar nuevas oportunidades de negocio y asegurarse de estar alineado con los objetivos generales de la organización.

Tercero, hay que observar la construcción de la red como parte de una rutina. Para maximizar el valor del networking, los ejecutivos deben aprender a integrar esta práctica en su día a día. Esto incluye aprovechar momentos como viajes de negocios o eventos sociales para fortalecer relaciones clave. Un buen ejemplo es utilizar intereses personales o pasiones compartidas para construir conexiones que trasciendan lo profesional y aporten valor estratégico a la empresa. Al hacerlo, se puede transformar el networking en una herramienta poderosa para influir en la organización y alcanzar objetivos de manera más efectiva.

Paola Cecchi-Dimeglio agrega que la estrategia de networking debe ser adecuada para el estadío de la carrera en la que una persona se encuentra. Cada uno tiene que preguntarse en qué medida la red de contactos que posee en la actualidad lo ayudan a cumplir los objetivos que se ha fijado. Si no son los adecuados, conviene expandirse, y esto se puede hacer activando primero los contactos que uno tiene a mano.

La experta también indica que existen diferentes estilos de networking y que conviene experimentar con ellos. Los expansionistas crean numerosas conexiones y actúan como influencers en grandes grupos,; los brokers poseen una red de sectores muy diversos y son hábiles en conectar mundos separados para fomentar la innovación y la colaboración; y los convocadores desarrollan relaciones profundas y confiables dentro de una misma comunidad o industria.

Finalmente, la Universidad de Rutgers-Newark recomienda tener presencia en redes sociales como LinkedIn, donde hay que construir un perfil sólido y participar activamente con contenido interesante. Interactuar con otros ejecutivos en la red también permite estar al tanto de nuevas oportunidades laborales y recibir consejos para sobresalir en la carrera laboral. 

Todos estos consejos apuntan en la misma dirección, porque entienden que los contactos que desarrollamos potencian o limitan nuestra capacidad de encontrar nuevas oportunidades o de resolver problemas difíciles. Comprender la centralidad que tiene el networking puede darnos un diferencial muy importante en nuestras vidas y carreras.