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Inteligencia artificial, talento humano y adaptación: claves para surfear con éxito la nueva era

Yamila Martorell coach profesional y VP de AACOP

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31 Julio de 2024 12.45

La inteligencia artificial llegó para quedarse en el mundo de las organizaciones con el principal aporte en la optimización de procesos. Esta realidad genera miradas contrapuestas entre los “tecnofílicos” y “los tecnofóbicos” respecto del mayor o menor impacto que tendrá entre los humanos que deseen acceder al mercado laboral en un futuro cercano. 

No obstante, ambas partes están de acuerdo en que las máquinas no reemplazarán por completo a los seres humanos. De hecho, un estudio significativo realizado recientemente por McKinsey Global Institute estima que la automatización podría desplazar entre 800 millones y 375 millones de empleos para el 2030. Sin embargo, el mismo estudio también predice que se crearán entre 974 millones y 1.337 millones de nuevos empleos en ese mismo período. ¿Qué marcan estas cifras? Que la clave para los trabajadores pasará por adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral y desarrollar las habilidades necesarias para prosperar en la era de la IA.

Otro tanto ocurre con los actuales líderes de las distintas organizaciones que deben poner manos a la obra para diseñar el futuro de sus empresas. Adaptación es la palabra fuerza. Es que percibir la IA como una amenaza depende en gran medida de la mirada que tengamos. Emocionalmente, el temor, en parte inevitable, nos impide expandir nuestra manera de observar la situación y nos posiciona en la conservación. La conservación -aunque suene contradictorio- nos estanca, nos preserva y nos mantiene en la subsistencia. En algunos contextos, es necesaria, pero cuando nos encontramos atravesando una ola que revoluciona por completo una era, conservarnos es caminar hacia nuestra propia extinción. 

Entonces, es transcendental que las empresas se adapten para continuar y potenciar su existencia. Es por eso que, al mismo tiempo que invierten en nuevas tecnologías, hoy buscan mejorar el bienestar de sus empleados para aumentar la productividad, la retención y la satisfacción. Hacer foco en el bienestar de los colaboradores y en su condición humana irremplazable hace justamente que la adaptación sea posible. En ese sentido, las empresas necesitan de sus líderes para transformarse. 

¿Pero, entonces, la IA es realmente una amenaza para los trabajadores? Para aquellos líderes y colaborares que no se adapten, sí. La IA puede automatizar algunas tareas, y bien utilizada es y será cada vez más facilitadora de procesos. Por el contrario, la IA crea nuevas oportunidades para que los profesionales de recursos humanos y los colaboradores desarrollen nuevas habilidades y enfoquen su trabajo en áreas más estratégicas y creativas.

Por eso, podemos afirmar que hay tres ejes importantes que nunca serán reemplazados por la IA

  • La inteligencia emocional: somos seres emocionales que razonamos. Es por eso que la IA al carecer de empatía, sensaciones y estados de ánimo no puede desarrollar la capacidad de relacionarse y vincularse gestionando emocionalmente el mundo propio y el de los demás. 

 

  • La creatividad y la innovación: si bien la IA ha demostrado su capacidad para procesar información y realizar tareas repetitivas con gran eficiencia, aún no ha logrado igualar la creatividad y la innovación, dos habilidades intrínsecamente humanas. Por eso, es importante estimular el pensamiento crítico, la resolución creativa de problemas y la generación de ideas novedosas. En un mundo donde la innovación es clave para el éxito, estas habilidades nos convierten en actores indispensables en el mercado laboral.

 

  • El juicio ético y el criterio: la IA, al carecer de conciencia moral, necesita de la guía humana para garantizar un uso ético y responsable. Será fundamental desarrollar juicio ético y criterio, para tomar decisiones responsables y conscientes del impacto que las acciones tienen en el entorno. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, esta capacidad nos convierte en guardianes de la ética y la responsabilidad social.


 

Ahora bien, ¿cómo emprender este proceso de adaptación a los nuevos tiempos tanto de nosotros como líderes como de nuestras organizaciones? ¿Cómo lograr un entorno colaborativo donde el impacto tecnológico y el talento humano generen una sinergia tal que redunde en una mayor productividad, a la vez, sostenible?

Especialistas en gestión de talentos pero, particularmente, disciplinas como la consultoría, la psicología, el mentoring y el coaching ontológico asisten cada vez más a los líderes y sus empresas en lograr este pasaje adaptativo. En el caso del coaching ontológico se trata de un sistema que facilite la comunicación asertiva, el autoconocimiento y el desarrollo de las habilidades personales para alcanzar los objetivos trazados; una profesión que asiste procesos en los que el líder puede auto observarse para detectar las oportunidades de mejora.

Llegado a este punto, y como reflexión final, es clave entender que hay distintos caminos posibles de recorrer para generar el cambio. Para eso, debemos procurar que el temor a que la tecnología nos reemplace no nos impida conectar con lo esencial e irremplazable de la condición humana. El complemento, la adaptación, la multi mirada y la creatividad en un mundo cargado de emociones son el puente para expandir el talento humano al servicio, en definitiva, de un mundo mejor. 


*La columna fue escrita por Yamila Martorell, master coach y vicepresidente 1° de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional (AACOP).

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