Una estrategia corporativa es el plan global de una organización para alcanzar sus objetivos a largo plazo. Es definida por la alta dirección de la empresa y para realizarla, se debe tener en cuenta la visión integral del negocio, su funcionamiento y lo que se proyecta para su futuro.
Se dice que es a largo plazo porque es una herramienta que guía el trabajo y desarrollo de la organización en un lapso que va de dos a cinco años.
Es importante que todas las personas que trabajan dentro de la compañía comprendan cuáles son los objetivos establecidos y orienten sus esfuerzos a ese fin.
¿Qué tipos de estrategias corporativas existen?
Existen diferentes tipos de estrategias corporativas porque a lo largo de su recorrido, las compañías atraviesan distintas etapas desde su nacimiento hasta su madurez o declive.
Estas son las cuatro principales:
1. Estrategia corporativa de desarrollo
Si la organización se encuentra en una etapa inicial y todavía no tiene una estrategia corporativa definida, el camino ideal a seguir es de desarrollo. Algunas tácticas que se pueden aplicar son:
- Desarrollo de productos: se puede aplicar a la creación de un nuevo producto o de nuevas alternativas para satisfacer las necesidades de los clientes o responder a tendencias actuales.
- Desarollo de mercado: acá se busca la expansión a nuevos mercados o segmentos de clientes. Para esto, es necesario analizar el posicionamiento actual de la empresa y sus productos en el mercado en el que está presente.
- Penetración de mercado: se busca aumentar las ventas de productos o servicios que ya existen en el mercado actual.
- Diversificación: la idea es ingresar a nuevos mercados para expandir el negocio.
2. Estrategia corporativa de estabilidad
El objetivo de este tipo de estrategia corporativa es mantener lo que ya se consiguió. Por ejemplo, si una compañía alanzó el volumen de ventas deseado, puede seguir conservando ese nivel con iniciativas como:
- Saneamiento: esta estrategia es ideal para empresas en las primeras etapas de madurez. El fin es no permitir que las ventas caigan y echar las redes para poder tener un crecimiento empresarial sostenible a largo plazo.
- Cosecha: en el caso de las compañías que están transitando una etapa de madurez más consolidada, se puede aplicar una estrategia que tenga por objetivo maximizar los beneficios ya sea invirtiendo en nuevos productos o negocios.
3. Estrategia corporativa de crecimiento
Este tipo de estrategia corporativa tiene por finalidad elevar el crecimiento y alcance de una organización. Esto lo puede hacer mediante la adquisición de otras empresas, la realización de alianzas estratégicas o la diversificación del mercado.
4. Estrategia corporativa de contracción
La estrategia corporativa de contracción se orienta a reducir el negocio, por lo menos en ciertos aspectos. Por ejemplo, reducir o eliminar líneas de negocio o categorías de producto. Se utiliza cuando las compañías ya tienen un alto grado de madurez que permite identificar áreas sustituibles o prescindibles dentro del negocio.
¿Cómo se hace una estrategia corporativa?
Para realizar una estrategia corporativa efectiva es necesario un proceso estructurado y reflexivo ya que se debe evaluar varios aspectos del funcionamiento de la compañía tanto actual como futuro. Estos son los pasos clave:
1. Analizar la situación actual
Antes de comenzar a estructurar una estrategia corporativa es necesario saber en dónde está parado el negocio y hacia dónde se lo quiere llevar.
Para poder hacer este análisis es muy útil la matriz FODA, integrada con el análisis CAME. Ambas son herramientas ideales para revisar la situación actual de la empresa y ver las oportunidades a medio y largo plazo.
2. Definir misión, visión y valores
Luego de la etapa de análisis hay que definir o revisar la misión, visión y valores de la empresa para poder darle forma a la cultura organizacional y que, de esta manera, los colaboradores puedan perseguir los mismos objetivos.
3. Establecer objetivos estratégicos
El próximo paso es trazar los objetivos estratégicos a seguir en el mediano y largo plazo. Cabe destacar que los objetivos son globales, es decir, que la estrategia corporativa no tiene en cuenta los objetivos específicos por área, pero sí es importante que estén alineados.
En este punto, la clave es definir objetivos claros, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo determinado.
Otro factor a tener en cuenta es que, aunque se definan objetivos generales a largo plazo, también es necesario definir metas a corto plazo ya que permiten medir con mayor precisión si está funcionando la estrategia o no.
4. Formular acciones
Dependiendo de los objetivos que quiere alcanzar la compañía, su visión a largo plazo y la misión del negocio, hay que definir el tipo de estrategia corporativa que se va a implementar y todas las acciones que formarán parte de ella.
Para este punto, es necesario entender en qué etapa se encuentra la organización y repasar los diferentes tipos de estrategias. A partir de ahí se definen las acciones a realizar dentro de este marco. Cuanto más claras sean las acciones y mejor implementadas estén, más posibilidades hay de alcanzar los resultados esperados.
5. Implementar la estrategia
En este paso se pone en marcha la estrategia. En esta etapa hay que evitar tres cosas:
- Que haya una confusión sobre quién hace qué
- Falta de claridad en la comunicación de las metas
- Desconocimiento sobre lo que es urgente y qué importante.
Para poder evitar estos problemas, es necesario asignar recursos y responsabilidades de manera clara, comunicar de forma efectiva la estrategia y los objetivos a todos los niveles de la organización y definir prioridades para poder transmitírselas a todo el equipo.
Una recomendación extra es incorporar una solución de gestión que permite simplificar y automatizar tareas administrativas. De esta manera, se reduce el tiempo de trabajo repetitivo y aumenta el tiempo que se puede dedicar a la estrategia. Además, como toda la información se encuentra en el mismo lugar, los miembros de la compañía pueden trabajar de forma colaborativa.
6. Controlar y evaluar
Si bien una estrategia corporativa es a largo plazo, es necesario revisarla, evaluar su alcance y cómo está progresando. En función a esta evaluación, se pueden realizar ajustes y correcciones según sea necesario.
Para esto, se pueden definir las métricas que ayuden a medir el avance de la estrategia y el alcance de resultados.
¿Cuál es la importancia de la estrategia corporativa?
Elaborar una estrategia corporativa puede ser un proceso complejo. Sin embargo, hay varios motivos para incorporarla en un negocio:
- Claridad y enfoque: la estrategia corporativa ayuda a definir una dirección clara para la compañía.
- Toma de decisiones estratégicas: tener una estrategia es clave para la toma de decisiones ya que lo que se decide, se alinea con lo que la empresa quiere lograr.
- Ventaja competitiva: también es necesaria para identificar y aprovechar oportunidades para diferenciarse dentro del mercado.
- Crecimiento sostenible: una estrategia corporativa permite darle una larga vida a un negocio ya que lo ordena.
- Alineación del equipo: con una estrategia corporativa los empleados tienen claro cuáles son los resultados que la compañía quiere alcanzar y se puede enfocar a los equipos para alcanzar los mismos objetivos.
La estrategia corporativa no es un simple documento, sino que se trata de una hoja de ruta con metas y acciones bien definidas para lograr alcanzar los objetivos propuestos.
En este proceso, hay herramientas que marcan la diferencia. Un software de gestión es una de ellas porque simplifica las gestiones administrativas y contables y permite automatizar tareas, con el ahorro de tiempo que eso significa. Además, le brinda más tiempo al equipo para ocuparse de gestiones más valiosas, como el desarrollo y seguimiento de la estrategia.
*La columna fue escrita por Guillermo Filia, director de Operaciones en Xubio.