El fenómeno de la inteligencia artificial (IA) ha tomado especial relevancia los últimos dos años, desde el lanzamiento de ChatGPT por parte de la empresa OpenAI en noviembre de 2022. La inteligencia artificial se ha transformado en un tema de conversación casi diario en los equipos de trabajo, en las empresas y hasta en reuniones sociales.
En este contexto, es importante hacer algunas consideraciones: la IA como disciplina de análisis y estudio se remonta a mediados de siglo; podemos afirmar que hace más de 15 años que convivimos a diario con múltiples sistemas basados en IA -desde las redes sociales, hasta las aplicaciones de mapas-; la IA es un campo sumamente amplio que involucra múltiples disciplinas, técnicas, áreas de estudio y escenarios de implementación.
Hablar sobre IA hoy se presta a múltiples y extensos ángulos de análisis, pero quisiera enfocar aquí el impacto concreto en el desempeño profesional hoy, sin especulaciones ni proyecciones de escenarios futuros.
Hoy la IA tiene un impacto directo en todas las industrias y todos los sectores, desde la automatización de la maquinaria agrícola hasta la asistencia en los diagnósticos clínicos, desde la detección de fraude financiero hasta la hipersegmentación en el mundo del comercio. Y como dijimos: esto no es nuevo.
Es real como en múltiples escenarios tecnológicos, que la velocidad del desarrollo, capacidad y perfeccionamiento de la tecnología acelera. Los cambios se dan más rápido, el impacto se produce en intervalos más cortos de tiempo.
También es real, que la IA Generativa, subdisciplina en la que podemos enmarcar a ChatGPT es algo más reciente: su aplicación para la creación, generación y manipulación de piezas de contenido -texto, audio, video, imágenes, música o código de programación- accesible en forma masiva para usuarios no-expertos y con un alto nivel de calidad en la tarea.
Esto último tiene un efecto directo en tareas como la creación de contenidos, en el diseño gráfico o en el desarrollo de software. Cada actividad, entre otras tantas más, mejora significativamente la productividad, trayendo consigo un cambio en la forma de hacer la tarea y la forma de verificar la correctitud y calidad. Mejora la eficiencia, pero junto con eso cambia el proceso.
Si realizamos ahora un zoom out, y pensamos en los roles de dirección de las organizaciones, todos aquellos que tienen una responsabilidad de liderazgo de equipos y estratégico, hoy necesitan tener un entendimiento claro de la tecnología. Así, podrán evaluar su impacto, oportunidad o riesgo para su negocio, escenarios de maximización de eficiencia o procesos en los que pueda —según uso de tecnología— mejorar la experiencia o producto a un cliente.
Esta realidad de la que venimos hablando hace años -en el marco de la transformación digital, se ve multiplicada y acelerada en el escenario de la irrupción la IA y la IA Generativa.
La formación con estudios de postgrado es una de las herramientas a través de las cuales los líderes eligen navegar el desafío de mantenerse relevantes y liderar la transformación.
Cabe aquí citar dos grupos de programas de postgrados que tienen relación directa con lo descripto previamente:
Master y Diploma en Gestión de Sistemas de Información, orientado a profesionales de múltiples formaciones previas que aspiran a liderar todo tipo de áreas u organizaciones desde el entendimiento de la tecnología, con un claro conocimiento de su impacto, potencial y evaluación, sin profundizar en el detalle de su implementación.
Master y Diploma en Big Data e Inteligencia Artificial, pensado para aquellos profesionales que buscan adquirir un conocimiento técnico avanzado, con un perfil de gerenciamiento, con foco en el escenario de Big Data, o enfocado en el desarrollo de sistemas basados en Inteligencia Artificial.
*La columna fue escrita por el Ing. Eduardo Mangarelli, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT Uruguay.