Desbloquear el potencial: el impacto del mentoring en el éxito ejecutivo
Daniela Alonso Mentora Ejecutiva & Organizacional, Experta en Estrategia & Capital Humano
Daniela Alonso Mentora Ejecutiva & Organizacional, Experta en Estrategia & Capital Humano
En la actualidad, el mentoring emerge como una poderosa herramienta de desarrollo profesional para ejecutivos que ofrece un espacio vital para el crecimiento y la reflexión estratégica y apalanca el éxito de las organizaciones.
Las empresas trabajan por alcanzar sus resultados, su valor, su marca y su éxito. En este recorrido, tanto el management como la alta gerencia y sus ejecutivos están comprometidos con sus accionistas a ser los responsables de ese objetivo y propósito.
El camino no es lineal, está lleno de obstáculos y riesgos; mercado, competencia, contexto macro y micro, leyes, liquidez, gestión, corto, mediano y largo plazo,así como las dinámicas interpersonales y el autoconocimiento.
El mentoring, un proceso en el cual una persona con experiencia (mentor) brinda orientación y apoyo a otra persona (mentee) para su desarrollo, ha demostrado ser altamente efectivo para acelerar los procesos que llevan al logro de los objetivos organizacionales y personales.
Esta herramienta puede utilizarse sola o como parte de una estrategia más integral. Lo importante es tener en cuenta que el foco no está en enseñar algo o transmitir un conocimiento específico, sino en proporcionar apoyo para que la persona mentoreada trace su camino.
En forma práctica puede aplicarse a diversas situaciones organizacionales. Además de contribuir para ayudar a las personas en sus aspiraciones de carrera, puede tener otros objetivos. Impulsar y fidelizar a los colaboradores de alto potencial y talento, así como a personas que busquen reconvertirse profesionalmente o que se encuentren en situación de retiro o cambio.
El mentor actúa como guía, permitiendo que el mentee construya a su propio ritmo, mientras fortalece su autonomía y enfrenta desafíos con determinación, lo que le ayuda a mantenerse enfocado en sus metas profesionales.
Más allá de ofrecer una oportunidad invaluable para el desarrollo de habilidades, otro beneficio significativo del mentoring es su capacidad para aumentar la confianza y la motivación de los mentees.
En lo que respecta a la elección del mentor, lo crítico, además del know how y expertise, es la credibilidad personal y la experiencia vivida en su desarrollo profesional.
Dado que el foco está en el mentee, el mentor debe poder poner a disposición esta experiencia y conocimiento en el aquí y ahora de la relación. No como un acto evocativo, sino en cómo orientar mejor hacia la solución de cada problema, situación o desafío que enfrente la persona.
Una comunicación abierta, escucha activa y retroalimentación constructiva son elementos esenciales para aprovechar al máximo esta valiosa herramienta de desarrollo profesional.
En mi experiencia he podido constatar, además de los beneficios individuales de estos procesos, el impacto positivo que tiene en las compañías.
En los hechos, facilita la transferencia de conocimientos y valores organizacionales, fortalece la cultura de aprendizaje y desarrollo e impulsa el talento hacia el bienestar personal y empresarial.
Entiendo que el éxito del mentoring radica en la construcción de relaciones transferenciales de confianza, respeto y aprendizaje mutuo entre mentor y mentee.
Comprender que la vivencia de los contextos actuales no condiciona nuestros deseos y que observar con ojos de aprendiz nos permite transitar con liviandad y abrir paso a nuevas oportunidades, fueron de las enseñanzas que más me han ayudado a trabajar hoy cuando me toca asumir el rol de mentora.
A fin de cuentas, el mentoring es una práctica que impulsa el crecimiento, la excelencia y la satisfacción en las carreras profesionales permitiendo a las organizaciones cultivar su talento, fomentar el liderazgo y construir un futuro prometedor tanto para sus colaboradores como para la empresa en su conjunto.