Fernando Oliva es socio director de Consultoría de Deloitte Spanish Latin America. Tiene más de 25 años de experiencia en el área y lidera desde Uruguay hace cinco años un equipo de 1400 profesionales de casi toda la región. Las ventajas y los desafíos de la multiculturalidad, la importancia de aprender a transformarse y el rol de la consultoría en los negocios.
¿Qué es lo más importante al liderar equipos de expertos de diferentes países?
Es un trabajo desafiante y estimulante. Gestionar equipos multiculturales y a distancia es un desafío, más en Latinoamérica donde las distancias son grandes. El hecho de tener factores culturales muy similares entre los países, más allá de que cada uno tenga su idiosincrasia, hace las cosas más sencillas. Lo importante es aprender a reconocer y respetar esas idiosincrasias.
¿Cómo enriquece a las consultorías la multiculturalidad?
La diversidad nos fortalece, sobre todo por la oportunidad de sumar distintos puntos de vista. Una consultoría ayuda a las organizaciones a resolver problemas, a entender cómo se pueden solucionar a partir de visiones y experiencias distintas, por eso la multiculturalidad es relevante, porque permite ofrecer al cliente soluciones distintas, que a veces, si miramos sólo nuestro entorno, no se ven.
¿Cuáles son las mejores organizaciones para asesorar?
Las que entienden qué les falta y qué tienen que resolver. Las empresas que en general terminan teniendo problemas son las que no tuvieron la capacidad de entender qué les falta, qué no tienen y qué no saben. Hay organizaciones más o menos listas, pero las que no están preparadas son las que no tuvieron la capacidad de adelantarse a los cambios, de ver por dónde venían. También se necesita dinamismo, porque el negocio empresarial evoluciona de forma vertiginosa.
La pandemia fue un cambio difícil de prever, ¿se detectan efectos positivos en este negocio como ocurre en otros sectores?
La posibilidad de estar conectados permanentemente de forma remota es una de las cosas positivas que dejó la pandemia en el negocio de Servicios Profesionales. Antes para muchos servicios requeríamos trabajar frente a frente, lo que limitaba la posibilidad de tener equipos de distintos países, porque era muy caro. Hoy, con las herramientas de conexión remota, podemos tener expertos de distintos países trabajando en un mismo proyecto, sin que sea un mayor costo. Otro efecto positivo es la obligación de las empresas de innovar más rápidamente. En la pandemia pasamos del no se puede a cómo lo hacemos. Ya no se acepta un no se puede.
¿Cómo se traduce este impacto en el negocio de la consultoría?
El negocio de la consultoría evoluciona según evolucionan las tendencias y los clientes. Obviamente, en un marco en que las organizaciones y todos los impulsores tecnológicos asociados siguen evolucionando, los mercados se complejizan y nuestro negocio evoluciona con ellos tratando de anticiparse a las tendencias.
Claramente en estos años el negocio se ha complejizado y requiere cada vez de mayor especialización, por industria y por temática. Además, está la capacidad de ver el bosque y no sólo el árbol. Siempre hay que mantener ese balance, porque al volverse experto en un tema, se corre el peligro de perder la visión general, que es la que permite ver por dónde viene el siguiente cambio.
¿Cómo se vincula con los intensos cambios tecnológicos que se han dado en los últimos años?
Vemos que los cambios tecnológicos son cada vez más rápidos y más profundos. El gran cambio o innovación de hace pocos años, ya hoy es el día a día, y es indispensable tratar de entender qué va a afectar a los negocios en dos o tres años. Hoy las empresas aprovechando la operación en la nube, ya están buscando entender cómo aprovechar la inteligencia artificial para encontrar nuevas oportunidades de negocios y de mejora de su operación. Dudas, como siempre, hay muchas, pero es claro que es un cambio tremendo que no se puede desconocer. ¿Qué vendrá luego? Esa es la pregunta que hay que hacerse.